El propósito es extender plazos para que las empresas puedan volver a ponerse al día con los impuestos corrientes.
«La idea es evaluar una quita de intereses y financiar el capital hasta 10 años para que baje el peso del pago de los impuestos, y que a medida que crezca la economía puedan pagar los impuestos», detalló.
Girard analizó que «los últimos años fueron muy complicados para las pymes: subió la tasa de interés y cayó el mercado», y describió que «en ese contexto creció mucho la deuda con ARBA».
«Esperemos que esto ayude a descomprimir, y que la política económica genere un contexto adecuado», finalizó.