El pasado 30 de diciembre de 2020 se publicó el Decreto 1060/2020 a razón del vencimiento de los derechos de exportación estipulados por el Decreto 793/2018.
Dicha norma, establecía una alícuota del 12% a todas las exportaciones de bienes de consumo con topes de $4 por dólar estadounidense y $3 por dólar para algunas posiciones arancelarias industriales. En virtud de ello, el Poder Ejecutivo estableció el cambio de esos gravámenes fijos a alícuotas en las escalas de productos industriales previstas en el Decreto 789/20 con el esquema según los siguientes niveles de agregación de valor:
- Materias primas industriales e insumos básicos industriales: 4,5%
- Insumos elaborados industriales: 3%
- Bienes finales industriales: 0%
Como resultado, los derechos para 54 posiciones arancelarias del NCM correspondientes a las industrias disminuyen al 0%, 1.092 disminuyen al 3%, mientras 2.450 posiciones subieron a 4,5%.
Los cambios establecidos sobre las 3.542 posiciones arancelarias industriales, que pasan de valor fijo a alícuota, traen aparejados peores condiciones de exportación a futuro al mantenerse constante el derecho de exportación en un contexto de depreciación gradual del tipo de cambio y peores condiciones presentes para aquellos productos gravados en un 4,5% que antes pagaban $3 por dólar, entre los que se encuentran alimentos y bebidas, química, vehículos de transporte, entre otros sectores industriales de gran relevancia para la generación de divisas y empleo.
En un contexto de baja acumulada de las exportaciones industriales (MOI) del 31,8% al mes de noviembre, de costos crecientes (IPIM +29,7% en noviembre) y de necesidad de ingreso de divisas genuinas resulta indispensable ir a un esquema donde las exportaciones industriales no tengan una presión fiscal adicional, afectando la inserción exportadora argentina, sino por el contrario se requiere eliminar los derechos de exportación a los alimentos elaborados y los productos manufacturados que Argentina puede ofrecer al mundo. A las dificultades estructurales para exportar en vigencia de la pandemia y sus mayores costos logísticos y de transporte asociados, se suman estas modificaciones que también afectan los proyectos de inversión con mirada exportadora.