La situación que atraviesan las pymes, los movimientos del dólar y su impacto en la industria. Las tarifas y la falta de acceso al crédito. También reconoce que el gobierno no puede resolver la inflación y que las tasas de LEBACS son medidas que ahogan a la industria nacional.
“Para nosotros el tipo de cambio está atrasado porque para competir en el mercado exterior necesitamos un dólar fuerte y que esté vinculado a los costos internacionales, de manera que para los exportadores es un dólar que está atrasado y debería aumentarse considerablemente. Pero también están los importadores que cuando importan productos que se pagan en dólares, luego se traslada a los precios. De manera que analizar el dólar por si solo es una trampa”, señaló Horacio Castagnini, presidente de la Unión Industrial de Quilmes.
A su vez, afirma que el gobierno no pudo encontrar los mecanismos adecuados para controlar la inflación, puesto que en 2016 alcanzó el 42%, mientras que el gobierno pensaba cerrar en menos de 30 puntos porcentuales. En 2017, la previsión oficial de 18% fue superada por más de 24% de inflación anual. “El dólar tiene que tener un valor que considere a las importaciones y a las exportaciones y esté vinculado al comercio exterior. Porque perjudicar a unos y favorecer a otros no sirve. Además, el dólar está vinculado a la inflación y creo que el gobierno no tiene claro la manera de resolver ese tema”. Por lo tanto, Castagnini dice que “después de dos años y medio de gobierno no encuentran la salida para las PYMES”.
La inflación en la economía Argentina tiene dos problemáticas: el sector exportador, vinculado al agro y el sector pyme, es decir, el mercado interno. El dólar lo determina la suerte de ambos sectores pero a uno favoreciéndolo y al otro no tanto. Un dólar caro genera mayor rentabilidad para los exportadores pero incrementa los costos del otro sector. “Si generan una devaluación, como en 2015, tendrá un impacto fuerte en los sectores más vulnerables porque aumentará la canasta básica y las pymes absorberán el aumento de los costos. Lo cual, se complica, nosotros cobramos, a veces, a 90 días y porque al volver a invertir para volver a producir, el precio del producto ya aumentó, es decir, vendemos a un precio atrasado”, explica Castagnini. A su vez, agrega que “si el gobierno no resuelve la inflación, éste país no tiene solución. Para ellos es el tema central”.
Otro tema importa que enfrentan la industria y el trabajo es la competitividad. Y entre las variables que la asisten esta el financiamiento a la producción. En ese sentido y luego de las declaraciones del ministro de producción, Francisco Cabrera, donde tildó a los empresarios de “llorones” porque no invierten, Castagnini cree que las opciones del mercado financiero no son buenas. “Con tasas de interés a 30% se hace imposible pagar. Éste gobierno le sacó los subsidios a los créditos productivos. El Estado subsidiaba las tasas para que las industrias accedan a bienes de capital a una tasa razonable de 14 al 17%. El 30% es prohibitivo porque la segunda cuota no la podes pagar”, entiende Castagnini.
Otra de las preocupaciones que transmitió el dirigente industrial son las importaciones. Ya en 2016 las industrias textiles y la del calzado sufrieron fuertes caídas de la producción debido al ingreso de productos importados. Allí refirió a Indelqui, una industria radicada en la ciudad que fabrica cables de fibra óptica. “Está por cerrar porque entran cables importados y hoy está en conciliación obligatoria”. Cabe mencionar que los trabajadores realizaron una serie de manifestaciones para denunciar el despido de 37 trabajadores.
Otras de las ramas que atraviesan una situación delicada son el plástico, los químicos, los metalúrgicos, la autopartes y la línea blanca. Además, el sistema tarifario se tornó imprevisible, lo cual impacta de lleno en los costos de producción.
Castagnini dice que“En ningún lugar del mundo existe la presión tributaria que tenemos acá”. “Si a una pyme no se le da crédito, le aumentan las tarifas y le abren la importaciones, se hace muy difícil pensar que una pyme puede ser competitiva”, entiende. Otra de las definiciones que esbozó fue que “en 2017 se perdieron 68.000 puestos de trabajo, y esos son datos oficiales”. En el país el 80% de los puestos de trabajo lo generan las pymes.
Recordemos que Mauricio Macri afirmó que “cada emprendedor pudo crear la pyme que soñaba” pero, desde la UIQ piensan lo opuesto. “Que el presidente Macri me diga la receta de cómo se hace y soy yo el que invierta. Eso es mentira”, afirma Castagnini.
“La competitividad en una pyme tiene que ver con el dólar, con la inflación, el acceso al crédito, con la política del comercio exterior, con la presión tributaria y con un cuadro tarifario. También tenemos que considerar la infraestructura y la logística, porque no puede ser que sea más caro llevar un producto de Rosario a Salta que de Rosario a China. Esto no es producto de éste gobierno pero tampoco hizo nada”, concluye Castagnini.
“Éste es un modelo económico que no permite el desarrollo de las pymes”, afirma Horacio. El dirigente quilmeño sostiene que la bicicleta financiera impulsada por las LEBACS a una tasa de 28% hace imposible la llegada de inversiones. “Mientras siga la bicicleta financiera éste país no tiene destino, porque para los grandes capitales es más rentable las LEBACS que la producción”, finaliza Castagnini.