El indicador que mide la proporción de la capacidad industrial en funcionamiento marcó que agosto fue el mes de mayor actividad, con un 63,6%, aunque sigue muy por debajo del 71,1% de promedio de 2015.
A poco de cumplirse dos años de la gestión nacional de Cambiemos, la utilización de la capacidad instalada en la industria continúa por debajo de los niveles de 2015. Según los datos suministrados ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en agosto esta variable se ubica en el 67,3%, la más alta del año y por encima del 63,6% de un año atrás, pero por debajo de la línea del 71,1% del último año de gobierno de Cristina Kirchner.
En lo que va del año, la capacidad ociosa industrial descendió del 36,4% al 32,7%. Así y todo, se sitúa más alta que el 29% de 2015 y de porcentajes menores de años anteriores.
El estudio del INDEC revela que, a pesar de la entusiasta recuperación que comunican los funcionarios de Cambiemos de cara a las elecciones legislativas, la actividad económica no despega de manera regular y hay marcados contrastes entre los rubros.
Los rubros de alimentos y bebidas (65,9%) y la industria automotriz (55,1%) están debajo de la línea promedio de 67,3%, al igual que sustancias y productos químicos (62,3%), metalmecánica excepto automotores (61,1%), productos de caucho y plástico (60,15%), edición e impresión (54,1%). En tanto, los productos textiles, de agosto del año pasado al mismo mes de este año, descendió del 74% al 69,1%, “como consecuencia del menor volumen de ventas en el mercado interno”, afirma el informe.
“El promedio de capacidad utilizada en 2014 y 2015 fue del 70%. El promedio en capacidad en 2016, primer año del gobierno de Mauricio Macri, fue del 65%. Y en 2017 los seis primeros meses se mantuvo en el mismo nivel. Esto significa que entre 2015 y 2016, la pérdida de esos cinco puntos representan 58.000 trabajadores industriales menos y 6.000 empresas nacionales menos”, señaló a Contexto Leo Bilanski, del Movimiento de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino.
Bilanski consideró que “las cifras de la utilización de las industrias no despegan por la caída del mercado interno, y por lo tanto la demanda de productos y bienes”, a la vez que “se abren las importaciones y se sustituye lo que se fabrica acá por productos importados”.
La mejora en la actividad industrial estuvo vinculada a los rubros de la construcción, el agro y la producción de utilitarios. El INDEC explicó que “el sector siderúrgico registra un aumento en la utilización de las plantas productivas que se vincula fundamentalmente con el buen desempeño de la actividad de la construcción, el crecimiento en la fabricación de maquinaria agrícola y sus complementos y el mayor nivel de producción de determinados segmentos de línea blanca”.
El otro repunte fue el del bloque de productos minerales no metálicos (77,1%), impulsado por la construcción de obras públicas, uno de los principales ejes de campaña de Cambiemos.
Silvio Zurzolo, presidente de la Asociación de Industriales de la provincia de Buenos Aires (ADIBA), dijo que, en línea con los números nacionales, “la construcción está creciendo”, pero su contracara son “los rubros industriales más bajos, como la construcción de automóviles (45%), al igual que los alimentos y textiles, que todavía no han crecido por las importaciones”.
Como particularidad, Zurzolo remarcó que “en la provincia está bajando el empleo y el poder adquisitivo” mientras “crece el monotributo y el empleo en la construcción”.
El presidente de la ADIBA definió que el panorama de la industria en la provincia “no llega a los niveles que tuvimos tres o cuatro años atrás, cuando la capacidad había superado el 70%”.