Fuente: Periódico El Progreso
Se puso en marcha el programa “Superfuertes con Supersopa” impulsado por la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y la Unión Industrial de Quilmes (UIQ). Mediante ese alimento, se busca reducir la brecha nutricional entre ricos y pobres. Se trata de un alimento formado por carne picada, arroz y vegetales sin ningún conservantes ni aditivos.
El primer paso fue la jornada en el comedor “Mamás de la ribera” que asiste a decenas de chicos carenciados de la zona. Es el primer comedor en recibir la Supersopa.
Sandra Torres, vocal de la UIQ, explicó cuáles son los motivos que los impulsa en entregar la supersopa a los comedores. “Sabemos que la revolución industrial nos enfrenta a paradojas y contradicciones. Mientras un sector se enriquece, otro se empobrece. Por eso estamos convencidos que debemos involucrarnos para construir la sociedad libre, justa y solidaria que todos nos merecemos”.
“Nuestro mayor anhelo es que estos nenes y nenas se transformen en pescadores de sueños. Problemas audaces necesitan de soluciones audaces” expresó Torres.
“Mamás de la ribera” es un comedor llevado adelante todos los días por María del Carmen del Bruno. Entusiasmada por la noticia, contó: “El mayor sueño que poseemos es poder brindarles un futuro y esperanza. Queremos seguir trabajando para ofrecer mejores talleres, más educación y capacitación. Todo es posible si estamos todos del mismo lado”, declaró.
El comedor es el primer beneficiario del plan. Sin embargo, la UIQ seguirá sumando comedores y merenderos a su programa. De esta manera se busca paliar la mala alimentación en los sectores humildes y carenciados.
Historia
El programa Supersopa cumplió 14 años de su lanzamiento y sigue siendo considerado uno de los hitos más importantes de la UNQ. Se trata de un producto alimenticio formado por carne picada, arroz y vegetales (papas, zanahorias, cebollas y arvejas) sin ningún tipo de conservantes ni aditivos.
Al respecto, Gastón Arraiz, director del programa Supersopa, señaló que “si bien hemos producido otras variantes alimenticias específicas para ampliar nuestra oferta (guisos, estofados, locros) siempre mantuvimos la idea de producto único, noble, conocido por todos, como una opción perfecta para el almuerzo o la cena”.
Además, reconoció que el propósito no se ha modificado demasiado. Mencionó que “buscamos elaborar alimentos sanos, nutritivos y a bajo costo. También que cumplan con los estándares de seguridad alimentaria y puedan ser conservados con una vida útil estimada en 3 años”.